Empecé a pensar en El Camino después de una larga y fabulosa conversación de coaching con mi amada Camino Calvo, el viernes 2 de Septiembre.
En aquel primer momento, parecía que tan solo buscaba encontrarme conmigo mismo y clarificar mi espacio dentro de mi profesión, a través de un improvisado viaje en solitario, un viaje que estaba por determinar en la duración, momento y lugar.
Hacer El Camino desde Logroño hasta Santiago de Compostela es una decisión posterior que vino de uno de esos “pendientes” que todos tenemos en la vida, y que un día se ponen a tiro, justo en el momento que los necesitas.
Este es el relato de alguien que ha perdido la maleta y la encuentra días más tarde en ‘Objetos Perdidos’, y, mientras tanto, vive la experiencia de navegar fuera de su zona de confort y del día a día, donde habitualmente se refugia.
Todos tenemos una historia que contar, y ésta es la mía.
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