lunes, 24 de abril de 2017

1 de Octubre. El día antes.

Ha llegado el día de salir. Siento como el nerviosismo y la emoción se van apoderando de mi mientras me pregunto si podré conseguirlo. 
Una vez puesta la fecha, Camino nos lleva a mi y a mi bicicleta cargada con 30 kg en las alforjas, hacia el punto de salida. Logroño. Cuatro horas de autopista que han sido distintos a lo que sería para nosotros cualquier otro viaje normal. Había una cierta hipersensibilidad en la conversación. No sé qué ocurría dentro de su cuerpo, pero el campo emocional denotaba cierta preocupación e incertidumbre. Como si en el aire hubiera una pregunta por contestar. ¿Qué ocurrirá cuando vuelva?
 He decidido ser equitativo conmigo mismo y completar la parte española del Camino francés desde Logroño. Me he dado permiso a mi mismo para empezar desde ahí.
Camino finalmente me ha soltado en Navarrete (La Rioja). Creo que estaba más emocionada que yo, aunque se la notaba un tanto triste. No ha subido ni a ver la habitación.  De hecho, no ha bajado del coche. 
Navarrete es un precioso pueblo con una atmósfera de Camino que desborda, sobre todo en el bar ‘Deportivo’. Lugar visitado y recomendado por mi cuñado americano Dennis, que ha hecho el Camino a pie, y también por la persona que regenta el Bed & Breakfast donde pasaré mi primera noche.






Transcribo de mi diario.

>Si, al final empiezo desde aquí, Navarrete (La Rioja), me he dado este permiso. Estoy en un B&B que lleva un venezolano muy amable y como tengo familia en su país de orígen, hemos hablado un rato. Ah, y mi habitación se llama San Jorge, ¿será una buena señal?  
Contento, excitado, nervioso, orgulloso, tengo ganas de empezar o quizá de sufrir. 
Camino y yo hemos tenido una conversación sobre las sensaciones y de lo que vengo a buscar aquí. Ya ni me acuerdo de lo que hemos hablado de lo nervioso que estoy. No sé que verdad encontraré en el Camino pero estoy seguro que alguna cosa pasará.
En el bar ‘Deportivo’ he tomado unas cervezas y unas tapas que me han servido de cena, estaba eufórico y encantador, hablando con alemanes, australianos, belgas, franceses y un tasmano.
La camarera nigeriana (en la foto) es uno de los ganchos del porque del éxito del bar que italiano Antonio, es simpática, es un nervio, es exigente, es responsable y sabe poner a los clientes que lo necesitan, a raya. Lo dejo aquí. Mañana empiezoooooo.<

Ha sido una entrada al Camino muy sutil y a la vez recogida y familiar. 
Me ha costado mucho dormirme. No sé que va a pasar. La incertidumbre del futuro me genera ansiedad, una enfermedad muy del Siglo XXI. La inseguridad de no poder controlar lo que nos puede pasar, pasa factura inmediatamente. Se apodera de nuestro cuerpo y mente y nos bloquea, no nos deja adelantar al ritmo que nosotros deseamos o somos capaces de asumir. La ansiedad es compañera de viaje, de mi viaje. Es una vieja conocida, ruidosa, farfullera, exigente, homicida aunque sea temporalmente, es penetrante y reincidente, oscura y húmeda, está siempre disponible para mi. 
Es tan difícil de aniquilar y erradicar como la peor de las enfermedades conocidas, y en cualquier momento de debilidad o despiste se te puede colar sigilosamente por la puerta de atrás. No conozco a nadie que la haya erradicado completamente, entonces, ¿vale la pena aprender a luchar contra ella? ¿No es mejor aprender a caminar con ella cuando es inevitable y gestionar su compañía en nuestro propio beneficio? 
Quizá el truco está en saber reconocerla, tomar consciencia de cuando toma posiciones aventajadas sobre nosotros y gestionarla. Saber qué problema tenemos es tener la mitad de la solución del mismo, según una archiconocida escuela de negocios de Barcelona. Qué causa su aparición, es otra parte importante para saber porqué está ahí y qué podemos hacer con ella. 
Aunque el arma definitiva para apartarla de nuestro lado es justamente el amor. El amor a nosotros mismos, nuestra autoestima y autoconfianza pueden con cualquier enfermedad por complicada que esta sea. (Camino se enfada cuando digo estas cosas!) Todos sabemos qué nos ocurre cuando tenemos el poder de la autoestima a buen rendimiento, y también, qué deja de ocurrirnos.
Quiero irme un instante a un momento de fuerte autoestima en mi vida y saber qué hay disponible para mi, allí. ¿Quién soy yo cuando la tengo instalada en mi?
Lo que creo que debemos hacer es cultivar y regar adecuadamente este inconmensurable poder que todos nosotros tenemos y que solo necesita que le despejemos el camino para que sea él el que nos guie en nuestro viaje vital. Que sean nuestras fortalezas las que más inmediatamente reconozcamos en nosotros mismos. Que sea una prioridad en nuestro desarrollo y crecimiento como seres humanos.
Esto es lo que insertamos a las personas que acuden a los talleres solidarios, ‘La magia de quererse’.  Camino y yo trabajamos solidariamente con ayuntamientos para ayudar a recuperar la autoestima a personas en riesgo de exclusión social o en un proceso de duelo. Trabajamos durante nueve horas durante tres días para recargar la poderosa arma de la autoconfianza hasta el nivel que cada uno decide aceptar.  Posiblemente es el proyecto que me ha hecho sentir más orgulloso de mi mismo en toda mi carrera, es algo muy nuestro, creado a partir de nuestro sueño de llevar el coaching a quien no puede permitírselo. Nuestro nombre artístico es ‘Coaches On Road’. Ya está, ya lo he dicho. No me lo podía callar.


Después de esta pausa publicitaria y solidaria, vuelvo al Camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario