lunes, 24 de abril de 2017

6 de Octubre. La metáfora.

>Vale, pues ya estoy en Astorga y he quemado 5 etapas. Esta de recuperación, solo 48 km de llanura leonesa, acorde con el plan de recuperación de energía. Esta mañana me lo he tomado con calma y he hecho lavandería en un autoservicio cercano al hotel en León, y mientras lavaba y secaba mi sobada ropa he desayunado las tostaditas con mantequilla y mermelada de cada día. Buen soplo de energía antes de salir. 
He enfocado hacia Astorga con la calma y pisando trozos del Camino de peregrinos pedestres. Nada especialmente significativo excepto el puente de Hospital de Órbigo y por supuesto Astorga. He comido delante de la Catedral de Santa Maria de Astorga y el Palacio Episcopal de Gaudí, que es impresionante (foto).



He encontrado un hotel rural para dormir muy acogedor y muy recomendable, ‘La rosa de los tiempos’ en la pedanía de Carneros donde Fernando y Rosa me han tratado maravillosamente bien. Dos simpatiquísimos ‘hippies’ muy atentos con sus clientes. Hemos charlado largamente de cómo es la etapa de mañana, con la cima en ‘La cruz de ferro’ (Cruz de hierro). Me he comprado una pomadita de bebés para mi culo machacado y gordo, pero a la postre el resultado no ha sido muy bueno, tendré que buscar otra solución.


Con la tranquilidad de hoy me ha venido a la cabeza que el Camino tiene un cierto paralelismo con la vida. Con mi vida. Una metáfora de 4 fases que me la explico más o menos así:
Fase 1. Preparación e inicio. Ilusión, nervios, conexión con la gente, conexión con mi espíritu de la aventura, frescura, entendiendo y asimilando de qué va todo esto del Camino de la vida.
Fase 2. Auto-conocimiento y consolidación de quién soy, cuáles son mis herramientas, en qué entorno me muevo, sin dejar de pedalear hacia mi objetivo. Auto-evaluación de mis fuerzas. Momentos de grandes esfuerzos y despegue.
Fase 3. De administración inteligente de mis fuerzas, gracias ya a un cierto grado de experiencia que me permite asumir retos más complejos, a la vez que más cortos e intensos. Aquí es donde estoy ahora.
Fase 4. Saborear el final con un pedaleo más confortable. No hay prisas y también ganas de llegar disfrutando de lo que pasa y lo que queda. Pero, aquí me estoy avanzando, pues ésta todavía no la he vivido ni en la realidad del Camino ni en la metáfora de mi vida.

Y ahora el auto-coaching. ¿Cómo quiero afrontar esta tercera fase?. ¿Cómo quiero que ocurra? Tengo claro que ha de ser como yo soy, y esto se llama: Tranquilidad, disfrute, en buena compañía, con la mayoría de temas resueltos, con alegría y con mucha libertad.

Vale, muy bien y ¿quien necesito ser yo para que ocurra así?

Trabajador. Administrando adecuadamente mi energía. Si se puede estirar un poco más, se hace pero regulándome. Sin dejar de estar en la pomada de lo que ocurre en mi mundo.
Aventurero. Valiente y experimentado sin perder el sabor de la vida ni la emoción de la aventura. Lanzado y sin creencias limitantes, consciente de mis posibilidades.
Con corazón. A corazón abierto. Sintiendo en todo momento, dejando entrar y salir mi emocionalidad.
Positivo. Siempre hay una parte positiva en todo, encontrar esa ventana de aprendizaje y captar la oportunidad que se genera.
Confiado. He vivido mucho. Sé de que va todo esto, solo tengo que mirar atrás para ver toda esa experiencia acumulada y usarla en mi favor.
Amante. De todo lo que encuentre en mi camino, que sume y no sea una carga.
Humilde. Con todo el significado que conlleva, con asertividad.
Relaciones-sociable. Cuidar mis relaciones y ponerlas en mayor protagonismo en mi vida.
Autentico y honrado. No hay que demostrar nada a nadie y a la vez con el pecho por delante. Con la conciencia tranquila.<


Me siento muy bien con esto que escribí en ese momento y me recuerda que es lo que quiero que haya en mi vida, siempre. Sé que necesito todo esto en el Camino de mi vida para sentirme pleno y poder afrontar los vaivenes que seguro me depara el futuro y con los que tendré que lidiar y desde ahí, sé que puedo conseguirlo.
Ahora, días más tarde de cuando escribí esto en Astorga,  añadiría a esta lista, La gestión adecuada de mis emociones, algo para mí imprescindible cuando llegan momentos de inconstancia, o inconsistencia de los ‘imputs' que recibo constantemente como efecto de nuestras reacciones a estos ‘inputs’. Es decir, buscar las reacciones adecuadas y acordes con la ‘real’ importancia y relatividad que los hechos tienen. Nada fácil de aplicar y muy sencillo de exponer en un papel.  El primer paso es siempre tomar conciencia de que esa emoción esta presente y conocer las causas que la provocan da unas buenas pistas de cómo afrontarla.
Y puestos a añadir cosas  a esta lista de deseos de cómo debo ser yo para ser una persona completa, también pondría El no juicio, prejuicio o suposiciones. Podría incluirlo en la gestión de las emociones pero me gusta darle la importancia que tiene y tenerlo presente de forma independiente pues afecta directamente a la calidad de mis relaciones con los demás. Tiene mucho que ver con la empatía, y entender mejor las emociones y reacciones de los demás.
Que estén en la lista no quiere decir que no honre estas cualidades sino que puedo mejorar, en algunos aspectos más que en otros, para considerarme una persona completa. O lo que yo entiendo como una persona completa.

  Ahí queda para que pueda buscar en mi interior y sacar lo mejor de mi.

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