martes, 16 de mayo de 2017

Capitulo 3 ¿Quién es el idiota aquí?

Algunos deben pensar que el idiota soy yo, porqué muestro mis debilidades, o porqué no pongo una careta enseñado una imagen falsa que muestre lo bueno que soy, los títulos que tengo, el maravilloso jefe que he sido y las promesas que hago y sé que no cumpliré.
¿Te has creído que por qué en tu tarjeta pone que eres Gerente, Director o Jefe eres más bueno que los demás?. Si te lo preguntara de verdad, me dirías que no, claaaro, como vas a reconocerlo, tu misión es aparentar humildad pero tu torpeza aparece bajo el escudo en el que te escondes. Y bajo la ley del miedo, dominas a tu ‘corral de gallinas’ que huyen despavoridas cuando tus graves tonos de gallo, suenan en un tono más fuerte de lo habitual. Y es que el miedo de las gallinas es menor que tu propio miedo de hacerlo de forma honesta, transparente y auténtica. Tu miedo es tan grande que no te deja ver lo grande que tu eres en realidad. Bajo ese escudo de aparente fortaleza, dureza y dirección hay un alma insegura, dudosa, indecisa y temblorosa. 

¿Qué porque te ocurre esto a tí?, ¿qué por qué eres especialmente idiota?, por qué naciste menos inteligente, por qué nadie te ha enseñado a dirigir y liderar un equipo, porqué es lo que has visto en tus propios jefes, por qué si no hablas en un tono más alto nadie te hace caso y por qué no hay otra forma de hacerlo.
NOOOOO, es mentira, o al menos esas son las mentiras que te quieres contar a ti mismo y porque no te has planteado otra forma de hacerlo. Vives en tu zona de confort, vives en la zona de ‘virgencita, virgencita que me quede como estoy’, si así, más o menos, ya me funciona ¿por qué debería cambiar?, ¿por qué debería arriesgar?. Pues muy fácil, por qué así NO funciona, y sino te lo crees, sólo tienes que mirar la cara que ponen tus ‘gallinas’ cuando actúas de esta forma. Seguro que no cacarean de alegría, o de motivación, o de inspiración o de responsabilidad, no es esa la cara que querrías ver en ellas, ¿verdad?, entonces, ¿por qué sigues haciendo lo mismo, día tras día tras día?. 
Mi consejo, contéstate una pregunta muy simple, ¿qué puedo hacer yo?
Siempre hay algo que puedes hacer para cambiar una situación, aunque solo sea la actitud con la que vas a afrontarlo. De hecho si cambiases solo tu actitud el resultado final estaría muy muy lejos del de afrontarlo desde la resignación. 
Todo está en tu mente, si crees que puede ocurrir lo que deseas, hay una alta probabilidad de que pase, si no crees, seguro que no ocurrirá. 

Afirmo con contundencia sin embargo, que si no eres capaz  de liderar tu propia vida, tu propio destino, si dejas que las decisiones importantes las tomen otros por tí, no serás un buen líder de equipo. Tus gallinas correrán como ‘pollo sin cabeza’, sin dirección, ni concierto, ni cohesión o sentido. Si no lideras tu propia vida, ¿cómo vas a liderar a los miembros de tu equipo? ¿quién va a creer en ti?
Entonces, y solo si estás de acuerdo y quieres seguir adelante, la siguiente pregunta que deberías hacerte es, ¿soy líder de mi propia vida?

Si tu vida está condicionada por factores externos a tí, como por ejemplo, tu jefe, tu pareja, la crisis económica, la falta de tiempo, la hipoteca o tu formación, eres CLAVO. No hay duda. No estás liderando tu vida, la estás dejando en manos de otros, de otras circunstancias sobre las que a veces no tienes el control, para que te martilleen sin compasión y sin oposición.
Como decía Will Smith en una de sus películas, en este mundo solo hay dos tipos de personas, CLAVOS o MARTILLOS.
Doy por supuesto, que entiendes MARTILLO como líder de tu destino, forjado a través de todas y cada una de las decisiones que tomas cada día buscando tu propio rumbo. Un rumbo que TU has decidido, y que quieres vivirlo a través de los valores que honras a diario, quizá la honestidad, el amor, la libertad, la justicia, la perseverancia o algún otro de los muchos valores que al honrarlos, nos hacen vivir una vida plena, una vida de felicidad. Por eso decimos que la felicidad no es una meta en sí misma, es honrar día a día los valores que hacen que disfrutemos de una vida plena.
Amigo CLAVO, tienes que decidir y dejar de quejarte. Las quejas no son más que un juego interior que racionaliza o justifica tus NO decisiones, tus miedos, tus ‘no afrontar las situaciones difíciles’, tus inseguridades, tus ¿que dirán?, en definitiva, tus ‘es-que-zofrenias’.

La buena noticia es que no has sido siempre así. Solo tienes que mirar atrás y recordar. Recordar quién fuiste superando los problemas que se te plantearon en algún momento y que superaste. Recordar qué te definía en aquel momento. Eras poderoso, seguro, atrevido, valiente, seguramente satisfecho y orgulloso. Este eres tu. 

Lo que ha ocurrido es que te has dejado ir, has dejado el mando temporalmente y quizá ahora estás en tu zona de confort, en el área de descanso de tu propia autopista, pero tienes que seguir conduciendo, poniendo los cinco sentidos. Conduce a tu ritmo, a tu velocidad por qué has de seguir gestionando tu vehículo, reconocerlo, aceptarlo y quererlo. Y desde ahí, seguir gestionando las dificultades que se te presenten, tus emociones, hacia el rumbo que tu has decidido, el que está hecho para ti.  Tu propósito de vida. 


Ya aprendiste a conducir, no necesitas volver a empezar, solo retomarlo donde lo dejaste, solo tienes que recordar quién eres.  Enfócate en tu luz, sal de tus sombras y ocupa el lugar que te corresponde, el que se te concedió cuando viniste a este mundo. ¿Estás preparado?. Colócate, dalo todo, ahora es el momento.

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